Bebía ginebra con naranja, llevaba las medias rotas, sus uñas eran rojo fuego, llevaba una coleta alta algún pelo trigueño rebelde huía de la prisión que el coletero le imponía. Reía escandalosamente y acariciaba el bajo de su falda de flores. Muchos chicos se acercaban a ella para invitarle a otra copa mientras ella sonreía coquetamente.
A él ella le gustaba desde la guardería, luego habían ido al mismo colegio y finalmente se decantaron a la misma carrera universitaría pero a pesar de todo eso ella jamás se había dignado a mirarle más de cinco segundos, y el echo de que estubiesen en el mismo bar, a la misma hora escuchando la misma música no iba a cambiar eso.
Salío a fumar para quitarse la imagen de ella con otros chicos cuando de pronto una delicada mano rozó su hombro, era ella.
- ¿Tienes fuego?
- Sí
- Gracias, ¿tú y yo no ibamos al mismo colegio?
- Y a la misma guardería
- Y ahora a la misma carrera- sonrío ella.
Entonces si había reparado en él, quizás las cosas no era tan pésimistas depués de todo.
preciosas fotos! me encanta el blog
ResponderEliminarpasate si quieres
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besos